
Contrariamente a la intuición, para girar la moto a más de 30 km/h no se gira el manillar, se empuja.
- Dominar el contramanillar es reprogramar un reflejo de supervivencia erróneo, no aprender una técnica desde cero.
- Es la única herramienta que permite corregir la trazada a mitad de curva o esquivar un obstáculo de forma instantánea y segura.
Recomendación: Empieza por practicar de forma consciente en un parking vacío para desprogramar tu cerebro y convertir la «lógica invertida» en tu nuevo instinto de control.
Esa sensación de rigidez, de luchar contra la moto en una curva que se cierra más de lo esperado. Ese instante de pánico en el que sientes que la máquina no obedece y te vas recto. Si te reconoces en esta situación, no estás solo. Muchos motoristas conducen de forma intuitiva, pero esa intuición a menudo se basa en un principio erróneo heredado del ciclismo a baja velocidad: para ir a la derecha, giras el manillar a la derecha. Este es el reflejo que te pone en peligro.
Se habla mucho de mirar a lo lejos, de la posición del cuerpo o de la gestión del gas. Son consejos vitales, pero incompletos si el mando principal —la dirección— se opera desde un instinto incorrecto. Es como intentar escribir con la mano equivocada: puedes hacerlo, pero siempre será torpe, lento y agotador. La verdadera barrera no es física, sino mental. Es un conflicto entre lo que tu cerebro cree que debería hacer para sobrevivir y lo que la física de la moto realmente necesita para mantener el equilibrio y la trayectoria.
Pero, ¿y si la clave no fuera forzar más la inclinación o rezar para que el neumático agarre? ¿Y si la solución fuera una acción simple, casi mágica, que invierte la lógica que conoces? Esa solución se llama contramanillar. No es un truco para pilotos de MotoGP, es el principio de dirección fundamental de cualquier vehículo de dos ruedas por encima de la velocidad de un paso humano. Es la llave maestra que desbloquea el control, la fluidez y, sobre todo, la seguridad.
Este artículo no es solo una explicación técnica. Es una guía de reprogramación mental. A través de 8 situaciones concretas, vamos a desmantelar los instintos incorrectos y a construir, paso a paso, el nuevo automatismo que te dará el control absoluto sobre tu moto, sin importar su peso o la dificultad de la curva.
Para entender cómo aplicar esta técnica en cada situación, hemos desglosado el proceso en varias etapas clave que te permitirán asimilar y practicar de forma progresiva y segura.
Sumario: La guía definitiva para dominar el contramanillar
Esquivar obstáculos repentinos
Un coche frena en seco, un bache imprevisto, un animal que cruza la carretera. En estas situaciones de emergencia, el tiempo de reacción se mide en milisegundos y no hay margen para el error. El instinto primario de muchos motoristas es frenar bruscamente y/o intentar «girar» el manillar para evitar el objeto. Ambas acciones son contraproducentes. Un frenazo de pánico puede bloquear una rueda, y girar el manillar como en una bicicleta solo funciona a velocidades muy bajas. El resultado a menudo es una trayectoria recta hacia el peligro. No es casualidad que en España se registraran 134 motoristas fallecidos en 131 salidas de vía en 2024, según datos provisionales de la DGT.
Aquí es donde el contramanillar se convierte en una maniobra de supervivencia. La técnica es simple y radicalmente efectiva: para esquivar un obstáculo hacia la derecha, empuja con decisión el puño derecho del manillar hacia adelante. La moto se inclinará instantáneamente hacia la derecha y cambiará de dirección. Para volver a tu carril, empuja el puño izquierdo. Es una lógica invertida que, una vez asimilada, permite cambios de dirección fulgurantes con una estabilidad pasmosa.
Los sistemas de ayuda como el ABS son fundamentales, ya que permiten aplicar la máxima fuerza de frenado sin perder la capacidad de dirección justo antes de la esquiva. Sin embargo, la tecnología no realiza la maniobra por ti. El ABS te da la oportunidad de dirigir, pero es el contramanillar consciente el que ejecuta la esquiva. Es la sinergia entre una deceleración controlada y una orden de dirección correcta y fulminante la que te saca del apuro. La clave es entrenar este nuevo reflejo hasta que sea más rápido que tu instinto de pánico.
Vencer el instinto
El mayor oponente para dominar el contramanillar no es la física de la moto, es tu propio cerebro. El «reflejo de supervivencia» está programado para mantenerte erguido. Cuando la moto se inclina, tu cerebro interpreta la inclinación como una caída inminente y te ordena dos cosas: enderezarte y girar el manillar en sentido contrario a la inclinación para «compensar». Esto es exactamente lo opuesto a lo que necesitas hacer para trazar una curva. Vencer este instinto es el 90% del trabajo.

El miedo a inclinar se basa a menudo en una percepción errónea de los límites de la moto. Muchos pilotos creen que están a punto de perder adherencia cuando, en realidad, apenas han utilizado el 50% de la capacidad del neumático. Un neumático moderno sobre asfalto seco y limpio tiene un agarre formidable, con un coeficiente de rozamiento que puede superar el 1.0, equivalente a una deceleración superior a la de la gravedad. El límite real está mucho más lejos de lo que tu instinto te dice.
La solución es la desensibilización sistemática, una reprogramación neuromuscular que se logra con la práctica consciente en un entorno seguro. Un parking vacío y unos conos son tu laboratorio. Empieza a baja velocidad (30-40 km/h) haciendo eslalon y ochos. Concéntrate exclusivamente en la acción de «empujar» el puño interior. Empuja a la derecha para ir a la derecha, empuja a la izquierda para ir a la izquierda. Al principio será forzado, pero poco a poco, tu cerebro empezará a asociar la causa (empujar) con el efecto deseado (inclinación y giro controlado). Estás creando un nuevo camino neuronal, un nuevo automatismo que, con el tiempo, reemplazará al viejo y peligroso reflejo.
Corregir la trazada
Pensar que la trazada de una curva se decide únicamente al entrar es un error común. Una curva es un entorno dinámico: puede cerrarse, puede tener un bache, puede haber suciedad en el ápice. La capacidad de ajustar la trayectoria en mitad de la curva es lo que diferencia a un piloto seguro de uno que va «a remolque» de la moto. El contramanillar no es solo para iniciar el giro, es la herramienta de micro-ajuste constante.
La trazada ideal en carretera no es la más rápida, sino la más segura, conocida como la trazada de máxima visibilidad (exterior-interior-exterior). Te mantienes en el exterior de tu carril al entrar para ver «dentro» de la curva lo antes posible. Una vez identificado el punto de salida, apuntas hacia el ápice (el punto más interior) y sales abriéndote de nuevo. El contramanillar te permite ejecutar esta estrategia con precisión milimétrica, pero también corregirla si algo sale mal.
Los errores de trazada son comunes, pero todos se pueden corregir con un ajuste en la presión del manillar. Comprender la relación entre el error y la corrección es fundamental.
Este cuadro, basado en el análisis de expertos y recogido en publicaciones como Motorpasión Moto, resume los problemas más habituales y su solución directa a través del contramanillar.
| Tipo de Error | Síntoma | Corrección con Contramanillar | Resultado |
|---|---|---|---|
| Entrada prematura | Trayectoria se abre al exterior | Presión adicional manillar interior | Cierra la curva de forma segura |
| Radio decreciente inesperado | Moto tiende a irse recto | Mantener presión y aumentar inclinación | Ajuste dinámico de trayectoria |
| Exceso de espacio | Trazada demasiado cerrada | Suavizar presión y abrir gas progresivo | Estabilización y salida fluida |
Imagina que entras en una curva y te das cuenta de que vas demasiado abierto (error de «entrada prematura»). El pánico te dice que frenes. El contramanillar te dice: «empuja un poco más el puño interior». La moto se inclinará más y cerrará la trayectoria de forma natural y estable, sin dramas. Es un ajuste fino y continuo, un diálogo constante con la moto a través del manillar.
Manejar motos pesadas
Existe el mito de que el contramanillar es más difícil o requiere más fuerza en motos grandes y pesadas como las gran turismo o las maxi-trail. La realidad es exactamente la contraria. En una moto pesada, el contramanillar no solo es más efectivo, sino que es prácticamente la única manera de moverla con agilidad. Intentar «tumbar» una moto de 260 kg usando solo el peso del cuerpo es una batalla perdida y agotadora.
La clave no es la fuerza, sino la aplicación correcta de la física. Como subraya Miguel Ángel Sánchez, Coordinador especialista en Formación de Conductores de la DGT, el principio es claro:
El contramanillar en motos pesadas no requiere más ‘fuerza’ sino un impulso más sostenido y un mayor uso del peso del cuerpo. La dirección con los pies, aplicando presión en la estribera interior, ayuda a iniciar y mantener la inclinación liberando tensión en los brazos.
– Miguel Ángel Sánchez, Coordinador especialista en Formación de Conductores de la DGT
El manillar ancho de una moto trail actúa como una gran palanca, lo que multiplica la efectividad de un pequeño impulso. Además, en estas motos se introduce un segundo elemento de dirección: las estriberas. Al presionar firmemente sobre la estribera interior (la del lado hacia el que quieres girar), ayudas a la moto a inclinarse. La secuencia correcta es: 1. Inicia el giro con un empuje en el manillar. 2. Acompaña y mantén la inclinación con presión en la estribera interior. Esta combinación transforma una mole de metal en un vehículo ágil y obediente.

El testimonio de usuarios experimentados lo confirma: una vez que aplicas conscientemente el contramanillar en una moto pesada, la sensación es de que «no cuesta NADA» tumbarla de un lado a otro. Liberas la tensión de los brazos, dejas que la física trabaje para ti y utilizas tu cuerpo para guiar, no para forzar. La moto parece perder 100 kg de peso al instante.
Practicar en entorno seguro
La teoría es fundamental, pero el contramanillar solo se interioriza a través de la práctica deliberada y en un entorno donde cometer errores no tenga consecuencias. Intentar aprender en tráfico abierto es una receta para el desastre. Necesitas un espacio controlado donde puedas concentrarte al 100% en la técnica sin preocuparte por otros vehículos, peatones o imprevistos. Un parking grande y vacío un domingo por la mañana o un polígono industrial sin actividad son lugares ideales.
Sin embargo, la forma más rápida y eficaz de progresar es a través de un curso de conducción segura. Bajo la supervisión de monitores expertos, realizarás ejercicios específicos diseñados para aislar y perfeccionar cada técnica, incluido el contramanillar. Te proporcionarán un feedback inmediato y corregirán malos hábitos que quizás ni sabías que tenías. La inversión en un curso se amortiza con la primera situación de peligro que logras evitar gracias a lo aprendido.
España cuenta con una excelente red de circuitos y escuelas que ofrecen cursos de conducción segura para todos los niveles. Desde cursos básicos de un día hasta formaciones avanzadas con telemetría, hay una opción para cada necesidad y presupuesto. Aquí tienes un plan de acción para empezar a practicar de forma estructurada.
Plan de acción para una práctica segura y efectiva
- Buscar un curso certificado: Investiga escuelas de conducción en tu región. Opciones como el Circuito del Jarama en Madrid, FAST Parcmotor en Barcelona o el Circuito Ricardo Tormo en Valencia son referencias nacionales.
- Verificar opciones locales: No descartes iniciativas regionales. El Gobierno Vasco, por ejemplo, organiza cursos gratuitos en la Academia de Arkaute, y escuelas como Buffos School en Castilla y León se especializan en técnicas como el contramanillar.
- Preparar el equipamiento: Asegúrate de que tu moto esté en perfecto estado (ITV, seguro) y tu equipamiento completo (casco, guantes, botas, protecciones).
- Empezar con lo básico en solitario: Si no puedes acceder a un curso de inmediato, busca un parking y practica ejercicios con conos: eslalon (5 metros entre conos), ochos y frenadas de emergencia a baja velocidad (20-30 km/h).
- Aumentar la dificultad progresivamente: Una vez te sientas cómodo, aumenta la velocidad y reduce la distancia entre los conos. El objetivo es que la maniobra se vuelva fluida y automática.
Entender el radio decreciente
La curva de radio decreciente, esa que se cierra sobre sí misma de forma inesperada, es uno de los mayores desafíos para cualquier motorista y una trampa mortal. De hecho, los datos son contundentes: 74 de las 131 salidas de vía mortales en 2024 ocurrieron en curvas, según un análisis de la DGT. El problema en este tipo de virajes es, una vez más, la reacción instintiva.
Cuando un piloto entra en la curva y se da cuenta de que se cierra más de lo previsto, su cerebro entra en pánico. La reacción más común es el «error fatal»: tocar el freno delantero. La física de la moto es implacable: al frenar con el delantero en plena inclinación, la moto genera un par de fuerza que la levanta y la pone recta automáticamente. En cuestión de un segundo, dejas de girar y te diriges en línea recta hacia el exterior de la curva.
La secuencia correcta para sobrevivir a una curva de radio decreciente va en contra de todo lo que tu cuerpo te pide hacer. Los expertos en conducción segura la resumen en cuatro pasos:
- Mantener la calma: El pánico es tu peor enemigo. Respira y confía en la moto.
- Fijar la mirada en la salida: No mires al guardarraíl o al precipicio. Tu moto irá donde tú mires. Busca con la vista el final de la curva.
- Mantener un hilo de gas: Cortar el gas de golpe desestabiliza la moto. Mantener una ligera y constante aceleración ayuda a que las suspensiones trabajen y el chasis se mantenga estable.
- Aumentar la presión en el puño interior: Aquí está la magia. Empuja con más decisión el puño interior de la curva. La moto se inclinará más, cerrando la trayectoria y adaptándose al nuevo radio sin necesidad de frenar.
Parece imposible, pero funciona. Es el contramanillar en su máxima expresión: una orden de dirección que aumenta la inclinación de forma controlada y te permite «fabricar» el espacio que te falta para trazar el viraje. Practicar esto mentalmente es el primer paso para poder ejecutarlo en una situación real.
Girar en U estrecho
Hasta ahora hemos hablado del contramanillar a velocidades de carretera (>30 km/h). Pero, ¿qué pasa a muy baja velocidad, como al hacer un giro en U en una calle estrecha? Aquí, la «lógica invertida» se invierte de nuevo. A velocidades por debajo de los 15-20 km/h, la moto se comporta de manera más parecida a una bicicleta. En este rango, se utiliza la dirección directa: giras el manillar hacia el lado que quieres ir.
La confusión entre estas dos técnicas es una fuente común de caídas tontas en parado o a baja velocidad. Es crucial entender que no hay una única técnica, sino un espectro que depende de la velocidad. La transición entre una y otra es fluida, pero conocer los extremos es fundamental para no aplicar la herramienta equivocada en el momento equivocado.
La siguiente tabla, basada en los principios de la dinámica de la moto, clarifica qué técnica usar según la velocidad.
| Velocidad | Técnica | Aplicación del manillar | Uso del cuerpo |
|---|---|---|---|
| < 15 km/h | Manillar directo | Girar hacia donde queremos ir | Contrapeso exterior |
| 15-30 km/h | Transición | Combinación de ambas técnicas | Equilibrio neutro |
| > 30 km/h | Contramanillar | Presionar lado interior de la curva | Inclinación con la moto |
Para ejecutar un giro en U perfecto, especialmente con una moto pesada, los cuerpos de élite como la Guardia Civil de Tráfico española emplean una técnica refinada que combina tres elementos. Primero, la dirección directa. Segundo, el uso del punto de patinaje del embrague para modular la tracción con una precisión milimétrica. Y tercero, una ligera y constante presión sobre el freno trasero. Esta combinación estabiliza la moto a velocidad mínima (5-10 km/h) y permite giros increíblemente cerrados, manteniendo el equilibrio al inclinar el cuerpo hacia el exterior del giro (contrapeso).
A retener
- El contramanillar no es una habilidad, es la reprogramación de un instinto. La clave es empujar, no girar.
- La técnica de dirección cambia con la velocidad: manillar directo a baja velocidad, contramanillar a alta velocidad.
- La práctica consciente en un entorno seguro es la única vía para convertir una acción forzada en un reflejo natural y seguro.
La búsqueda de la línea perfecta
Después de analizar la técnica en múltiples escenarios, desde esquivas de emergencia hasta giros cerrados, emerge una verdad: el contramanillar no es un fin en sí mismo. Es la herramienta que te da la libertad de elegir. La libertad de no ser una víctima de las circunstancias de la carretera, sino el director de tu propia trayectoria. Es lo que te permite, finalmente, ir en busca de la «línea perfecta».
Pero, ¿qué es esa línea perfecta en carretera abierta? Como bien señalan los expertos, no se trata de imitar a los pilotos de competición. La velocidad es para el circuito.
La ‘línea perfecta’ para el motorista de carretera no es la más rápida, reservada al circuito, sino la ‘trazada de máxima visibilidad y seguridad’, que combina fluidez, anticipación y posicionamiento defensivo en el carril
– Escuela de Conducción FAST, Manual de Conducción Segura en Carretera
Dominar el contramanillar te permite trazar esa línea de máxima seguridad. Te da la confianza para colocarte en el exterior de la curva, la capacidad para ajustar tu radio si es necesario, y la agilidad para reaccionar ante imprevistos. Transforma la conducción de una serie de acciones reactivas y estresantes en un flujo proactivo, fluido y, en última instancia, mucho más disfrutable. Dejas de «sobrevivir» a las curvas para empezar a «bailar» con ellas.
El camino hacia la maestría es un proceso continuo. Comienza con la comprensión intelectual, pasa por la práctica deliberada en un entorno seguro, y culmina con la aplicación consciente en carretera hasta que se convierte en un nuevo y sólido instinto. Es un viaje que te hace un piloto no solo más rápido o más hábil, sino fundamentalmente más seguro y con un control total.
El siguiente paso es tuyo. Busca un espacio seguro, coge unos conos y empieza a empujar. Comienza hoy a reprogramar tus reflejos y descubre el placer de tener la llave maestra del control en tus propias manos.
Preguntas frecuentes sobre la práctica del contramanillar
¿Qué material necesito para un curso de conducción segura?
Moto en buen estado con ITV en vigor, seguro obligatorio, casco homologado, guantes, botas y ropa de protección. Algunos circuitos ofrecen alquiler de equipamiento.
¿Es legal practicar en parkings o polígonos industriales?
Sí, siempre que sea en espacios privados con permiso del propietario o en horarios sin actividad. Es importante verificar que el seguro cubra prácticas fuera de vía pública.
¿Qué ejercicios básicos puedo practicar con conos?
Slalom (distancia inicial 5 metros entre conos), ochos, frenada de emergencia y esquiva. Empezar a 20-30 km/h e ir aumentando progresivamente la velocidad.